Lo que Dios Hizó por ti...
Cuando pienses que Dios nunca ha hecho nada por ti, recuerda su sacrificio en la Cruz… Ese, amig@ mi@ es el motivo más importante que pueda existir para que brindes tu vida y tu adoración. Aun si le adoraras y sirvieras la vida entera no sería nada en comparación a tal sacrificio. Por desgracia, se nos olvida la crueldad con que le tratamos porque fue por ti y por mí que él fue a esa cruz, fuimos nosotros a través de nuestro pecado y desobediencia quienes fuimos sus torturadores, sus escarnecedores y sus verdugos. Se nos escapa del pensamiento toda la agonía que él sufrió en nuestro lugar. Incluso antes de su muerte, fue desnudado, golpeado hasta quedar irreconocible, con una corona de espinas clavada en sus cienes. Fue azotado cruelmente y sin piedad alguna, lo insultaron, se burlaron de él, lo ridiculizaron, lo trataron peor que un animal, tan crueles, tan crueles fueron, o mejor dicho, fuimos, que le escupimos en el rostro con odio y desprecio.
Pero ahí no termina todo, después de estar casi inconsciente y agonizando por las hemorragias del sin número de llagas, laceraciones y cortadas que cubrían su cuerpo, le obligamos a cargar una pesada cruz, cruz que debió ser nuestra, por una cuesta, un camino ascendente fuera de la ciudad. Y al llegar a ese oscuro y horrible lugar de muerte y desesperación le clavamos de manos y pies a la misma cruz que él cargo, para luego dejarle morir lenta y dolorosamente. Ahhh… pero no te olvides que mientras se desangraba tuvo que escuchar las burlas y los insultos de una multitud que al perecer se divertía a lo grande viendo su dolor; y nos mofamos de él con todo descaro y alevosía, acerca de su afirmación de ser Dios. Incluso le pedimos con todo atrevimiento que descendiera de la cruz… Pero Gloria a Dios que no descendió, porque Jesús lo dio todo allí por ti y por mí. Si, Murió en esa cruz para que hoy pudiéramos vivir para siempre. No hay Palabras para describir tal sacrificio, todo lo que él sufrió, cuanto sufrió por nuestra culpa y lo único que pedía para sus verdugos era: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen”. Bien dijo de él Pedro:
Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente; quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.
1 Pedro 2:21-24
Pero, Él también resucitó al tercer día para que también nosotros resucitemos con él, ¡Así es, se levantó de la tumba y está vivo! ¿Será que todavía sigues pensando que Dios no ha hecho nada por ti? Ven a Él hoy mismo. Jesucristo Vino a este mundo con los brazos abiertos diciendo: “y al que a mí viene, no le echo fuera” (Juan 6:37), Murió en la cruz con los brazos abiertos, resucito con los brazos abiertos y aun hoy en día esta con los brazos abiertos esperando que vengamos a él este es tu momento… Ven a los brazos de Jesús…
Porque dice: En tiempo aceptable te he oído, Y en día de salvación te he socorrido. He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación.
2 Corintios 6:2
Tito Miranda
28/11/2013
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